El beisbol ha sido un deporte en el que históricamente se han cometido errores cruciales de apreciación por parte de los umpires dado a la naturaleza efímera y veloz del juego. Determinar si un batazo cae en zona fair o de foul, si un jonrón es o no es o si un corredor es out o llega a salvo a una almohadilla es sumamente complicado dado que todo ocurre en cuestión de milésimas de segundo. A partir del 2.008, se implementó un nuevo sistema de repetición instantánea (luego de un largo debate al respecto) que ha generado más claridad dentro del juego.
Hoy en día, la repetición instantánea depende del grupo arbitral, o de umpires, que son los que tienen la potestad de decidir si una jugada es dudosa que debe ser revisada, y, de considerar que la apreciación original estuvo errada, pueden revertirla. Vale acotar, también, que hasta ahora tienen el poder para revertir una jugada en casos puntuales; es decir, si hay duda respecto a un jonrón o si se cree que un espectador interfirió en la jugada para hacer que un batazo quedara dentro del terreno de juego o saliera del mismo. La nueva regla, entonces, está enfocada en resolver la polémica existente en los casos de jonrones dudosos. Sin embargo, y como expusimos antes, hay muchos tipos de jugadas cerradas que pudieran beneficiarse de esta regla. Es por esto que hasta hoy hay una gran controversia alrededor de este tema en cuanto a que se pide que la regla sea expandida. Sería bueno, incluso, que algún día los mismos equipos puedan retar una decisión arbitral que sea dudosa para hacer del juego más cristalino, pero una cosa a la vez.
Por ahora, los equipos estarán sujetos a las pifias arbitrales.